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PARA PIELES GRASAS
Las mascarillas de velo son aquellas que vienen en sobres de monodosis, con un máscara de celulosa empapada en principios activos que se aplican sobre el rostro durante el tipo que indique el fabricante (normalmente de 15 a 20 minutos) y después se retiran sin necesidad de aclararse con agua (un masaje con los dedos será suficiente para facilitar la absorción del producto que haya quedado sobre el rostro).
Como toda mascarilla, su principal objetivo será el de potenciar los tratamientos cosméticos habituales de la piel, aportando un extra de vitalidad, recuperando la piel apagada o seca, purificar y limpiar la piel en profundidad o proporcionar un extra de hidratación y/o nutrición. Pero la clara ventaja de las mascarillas velo está en que sus formulaciones contienen altísimas concentraciones de principios activos, lo que las hace actuar en tiempo récord, de una forma casi instantánea.
Como en todo tratamiento de belleza, tu piel debe estar completamente limpia y tonificada. Se extrae la mascarilla del sobre y se coloca sobre el rostro, si sobrase restos del producto en el velo (que es lo más común), la recomendación es a distribuirlos por las zonas de cuello y escote, para sacarle mayor provecho. dejando que actúe de 20 a 30 minutos. Retire suavemente la mascarilla y enjuague con agua. Al finalizar, puede aplicarse un sérum y una crema..
Ya que estos velos vienen impregnados en un gel a rebosar de principios activos, la frecuencia que se recomienda es de 2 a 3 veces por semana. Estas mascarillas te aportarán un efecto flash inmediato que te vendrá genial para momentos determinados, así como para calmar la piel tras una larga exposición al sol, en días con mucha contaminación o después de un tratamiento láser.